1 de mayo de 2012

Él y ella, y nadie más.

Estaba con él. Todo había pasado tan rápido. Estaba con mi mejor amiga, disfrutando de una tarde tranquila en casa, cuando sonó mi teléfono. Y al ver su nombre en la pantalla, sonreí. Mi amiga no necesitó saber quién era. “¡Cógelo!”, me gritó. Nada más descolgar, escuché su voz. Estaba feliz, al igual que yo. Quería verme, deseaba verme. Colgué y fui corriendo a mi cuarto. ¿Falda o tejanos? ¿Tacones o plano? ¿Camiseta o camisa? No sabía que ponerme, era la primera vez que íbamos a estar a solas. Sacaba toda la ropa de mi armario, mientras la tiraba encima de la silla y, mi amiga, la volvía a colocar en su sitio. Estaba nerviosa, muy nerviosa.

Recordé la primera vez que le vi, en el cumpleaños de un amigo. Le tenía a mi lado, y empezamos hablar como si nos conociéramos desde siempre. Me sentía muy a gusto con él. Al acabar la noche nos dimos los teléfonos y estuvimos en contacto. Recordé todas las conversaciones que tuvimos desde entonces, la ilusión que me provoca recibir un mensaje de ‘buenos días’ y de ‘buenas noches’. El destino quería que nos encontrásemos.

Cogí el bolso y bajamos a mi portería. Y allí estaba él, esperando dentro de su coche. Me despedí de mi amiga. Entré, y lo primero que vi fue su sonrisa. Sentí como mi cuerpo se relajaba. Dimos una pequeña vuelta hasta encontrar un sitio donde pudiera aparcar. Estábamos los dos, juntos. En un pequeño rincón de la ciudad dentro de su coche. La gente que pasaba, nuestro alrededor, todo lo demás no importaba en ese momento. No existía nada en ese instante, aparte de nosotros y ese sentimiento que tenemos en común. Pasamos la tarde entre risas y bromas, hablando de todo y de nada, contando hasta el más mínimo detalle de nuestras vidas. Oía el fuerte latido de mi corazón y el cómo mis ojos buscaban desesperadamente sus labios que probar. Crecía el deseo de protegerle, de conocer hasta la última sensación. Por fin, estaba con él, a su lado. Disfrutando de su compañía, de sus palabras, de sus tonterías. Ardía en llamas cuando fijaba su mirada en mis ojos, y yo no podía evitar sonreír, como una adolescente. En aquel momento seguía siendo yo, pero con 16 años. Me sentía una completa adolescente enamorada. Miles de mariposas recorrían mi estomago, sentía calor y frío a la vez, no puedo explicar con exactitud como estaba. Lo que sí sé, es que estaba feliz, como hacía mucho tiempo que no lo estaba. En ese momento no pensaba en nada que no fuera él. Los problemas con mi familia, con mis amigas, con mis estudios, con mi trabajo... habían desaparecido, él había provocado tal magnitud hacía a mí que no sentía nada de dolor, no recordaba nada. Y es que después de todas nuestras dudas por relaciones anteriores fracasadas, hemos conseguido dejar el pasado donde debe, lejos de nosotros, y así poder disfrutar del nuevo camino que nos espera juntos. Al principio sentí un miedo horrible, no quería sentir amor hacía otra persona, no quería que volvieran a romperme el corazón en mil pedazos, no quería volver a llorar durante horas por alguien que significa tanto para mí y perderle para siempre. Pero con él, no necesité más horas a su lado para darme cuenta de que es el amor de mi vida. Quiero ser esa persona que esté en las buenas y en las malas, quien le seque las lágrimas cuando lo necesite. Quiero tumbarme cada noche junto a él, contar lo que hemos vivido durante el día o lo que nos pasa por la mente, quiero disfrutar de cada segundo. Y sigo sintiendo ese miedo, pero también quiero hacerle la persona más feliz durante el resto de sus días, o al menos hasta el día que me lo permita. Lo peor de aquella fantástica tarde fue tener que bajar de su coche, no quería terminar aquella cita. No tenía ganas de volver a la realidad. Al llegar a casa, sentí una fuerte nostalgia. Me sentía extraña, todo había parecido un sueño. ¿Y sí, era todo una mala jugada de la imaginación? Mi cabello olía a vainilla, igual que su ambientador de coche. Sonreí. Mi móvil sonó mientras me quitaba el abrigo. Era un mensaje, lo abrí. Y de nuevo volví a sentir la misma sensación que cuando estaba con él. “Eres increíble, te quiero”. No, no había sido un sueño. Todo era verdad, este es mi momento para ser feliz.

1 de abril de 2012

Puede...


Puede que no sea la mujer perfecta. Puede que sea rara e impredecible. Puede que no tengamos algunas cosas en común. Puede que me enfade por cualquier tontería. Puede que sea cabezota y me guste tener la razón. Puede que algunas cosas que tú entiendes, yo no pueda hacerlo nunca. Puede que te cuelgue el teléfono y no vuelva a cogerlo pasada unas horas. Puede que me marche de donde estemos sin ninguna explicación. Puede que nunca entiendas mi sentido del humor. Puede que algunas veces no pueda estar al 100% por ti como me gustaría. Puede que no me encuentres en unos días. Puede que siempre quiera hacerme la dura y no demostrar lo que siento. Puede que odie tu música y tus costumbres. Puede que en algún momento quiera dejarlo todo. Pueden pasar muchas cosas... pero de lo que nunca ‘puede’ es que vaya a fallarte.

27 de marzo de 2012

Para mi madre

Para ti, que eres mi madre,
el día de tu cumpleaños quiero recordarte las cosas que has hecho por tu hija.
Por ello quiero darte las gracias...
...por cuidarme desde que estaba en tu vientre.
...por educarme para ser la persona en la que me he convertido.
...por darme un techo donde vivir y una familia.
...por luchar para que no faltase un plato de comida en la mesa.
...por protegerme de la oscuridad cuando era pequeña.
...por malcriarme comprando cosas que quería sólo para hacerme callar.

Para ti, que eres mi madre,
el día de tu cumpleaños quiero recordarte las cosas que has hecho por tu hija.
Por ello quiero darte las gracias...
...por apoyarme aún cuando no creía en mí.
...por escucharme cuando necesitaba hablar.
...por guardar mis secretos.
...por cuidarme cuando estoy enferma.
...por darme la mano en los momentos más difíciles.

Para ti, que eres mi madre,
el día de tu cumpleaños quiero recordarte las cosas que has hecho por tu hija.
Por ello quiero darte las gracias...
...por haberme dado la vida.

24 de marzo de 2012

No me abandones nunca


Cuando abrí mis ojitos marrones al nacer fuiste la primera persona que vi. No parabas de sonreírme. Desde entonces has cuidado de mí y me has dado un techo donde vivir. Me das de comer, me sacas de paseo, me dejas dormir en tu regazo, me proteges cuando hay tormenta o fuegos artificiales. Nunca me has dejado de lado y siempre te has preocupado por mí en todo momento. Ojalá todo perro pudiera experimentar la felicidad que siento cuando llegas de la calle y no puedo parar de perseguirte para que me cojas y me achuches tan fuerte hasta quejarme. Y me encanta escuchar esa vocecita de boba que pones a veces, no puedo evitar mover la colita con fuerza y ponerme a ladrar. Y aunque a veces te muerda o te rompa tus zapatillas favoritas, siempre has estado conmigo. Porque seguro que sabes que te quiero y que sin ti no hubiera podido tener esta vida tan perfecta que me das. Y es que no necesito nada más para ser feliz, sólo te necesito a ti. Voy a ser tu mejor amigo hasta que la vejez me gane, por eso... yo no te pido nada a cambio, sólo que no me abandones nunca.

Los animales no necesitan una casa de 3 o 4 pisos, ni un coche de lujo, ni ropa de marca. Sólo necesitan a una persona o familia que les den el cariño que necesitan. Si no estás dispuesto a compartir tu vida con un animal y vas a decidir abandonarle a la primera de cambio, ahórrate la visita a la perrera y nos harás un favor a todos, sobre todo al pobre animal que sufrirá sin haber hecho nada malo.

19 de marzo de 2012

 ‎"Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes". (Jorge Bucay)

Hoy en día es muy fácil decir 'no puedo más' y dejarlo todo. 
Pero yo prefiero decir 'nada puede conmigo' y seguir hacía adelante. 

14 de marzo de 2012

‎'Estábamos juntos. El resto del mundo se me olvidó'.

Perdona pero quiero casarme contigo porque me haces sentir única. No hay nadie en este mundo que pueda provocar esas cosquillitas en mi estomago cuando te veo aparecer. Nadie puede desaparecer todos mis problemas, por muy grandes que sean, cuando estoy a tu lado y me haces sonreír aunque no me apetezca. Me enseñaste que tenemos razones para continuar en esta vida, y mi única razón es el estar a tu lado. Poder vivir todos mis días contigo, disfrutando de cada momento aunque sea insignificante. Porque mi vida, eres tú.
Llevas a mi lado desde hace años, y cada día es una nueva experiencia. Tú me has ayudado a crecer y madurar como persona, has estado a mi lado en los mejores y en los peores momentos. Nunca me has dado de lado aunque no estuvieras de acuerdo con mis decisiones. Y, en vez de reprocharme mis errores, me has apoyado hasta el último suspiro.
En ti he encontrado a una gran persona, has estado a mi lado cuando más he necesitado el apoyo de alguien. Eres quien alegra mis días, quien me seca mis lagrimas, me entiende, me soporta, me anima, me escucha, me aconseja, me quiere tal y como soy. Con mis defectos y mis virtudes.
Por todo lo que has hecho, estás haciendo y harás... GRACIAS. Te quiero, ahora y siempre.

*Texto creado para el concurso de federicomoccia.es

9 de marzo de 2012

La vida en un instante

Siempre he querido tener una buena vida. Al lado de mi marido, con el que compartir tantas cosas desde la adolescencia. Vivir cada momento como si no hubiera mañana. Tenerle siempre a mi lado para lo bueno y para lo malo, poder contarle mis secretos más íntimos. Alguien que aparte de ser mi marido, sea mi mejor amigo. Quería vivir la vida hasta que me faltase el aliento, cometer locuras. Subir durante la madrugada la montaña más alta hasta llegar el mirador, y mirar durante horas esa preciosa imagen que quedaría grabada en mi cabeza durante años. Pasear por la playa a altas horas de la noche, cuando no hubiera nadie, descalza para sentir la arena entre mis dedos. Hacer un viaje al extranjero para aprender el idioma y las costumbres de ese país (y, ¿por qué no? Hacer más viajes a diferentes sitios). Quería exprimir el jugo de la vida. Quería tener dos hijos, Oscar y Julieta, en una casa en las afueras de la ciudad. Y también un perro labrador, da igual si es de raza original o no, sólo me importaría que hiciera feliz a cada uno de los miembros de la familia. Quería enseñarles a mis hijos el valor de la vida, que aunque esté llena de obstáculos, finalmente seremos recompensados. Como yo he tenido esa suerte. Parece una vida de ensueño, pero puedo decir con toda satisfacción que a mis 70 años he vivido cada uno de esos momentos. He sido feliz, aunque he sufrido alguna vez en la vida, eso es algo inevitable. Pero adoro cada instante que he visto con mis propios ojos. Sigo enamorada como el primer día de mi marido, me siento orgullosa por como he educado a mis dos hijos (quienes me han dado dos preciosos nietos cada uno a los que amo con toda mi alma). He aprendido que la felicidad es difícil de encontrar, pero no imposible. Es un largo camino por recorrer, pero una vez que finalizas no te importa todas las lagrimas que has tenido que derrochar. Puedo decir, tranquilamente, que no temo a la muerte... porque ya he vivido todo lo que he tenido que vivir.

2 de marzo de 2012

Esta noche dime que me quieres (Federico Moccia)


450 páginas | Planeta | 2012

Argumento
‎‎Tancredi es uno de los hombres más ricos del mundo. Joven, apuesto y brillante, es incapaz de entregarse al amor por culpa de un terrible incidente ocurrido años atrás. Sofia era una joven promesa del piano, hasta que una estúpida discusión con su novio Andrea cambió su vida para siempre. Alegre y soñadora, decidió aparcar su carrera y sus sueños para cuidar de Andrea, en silla de ruedas tras aquella fatídica noche. Tancredi y Sofi a. Dos mundos diferentes, opuestos, como el día y la noche, se verán unidos, al fin, por la lluvia y el destino.

Opinión
Me he leído todos los libros de Moccia, excepto uno. Opino que este es el libro más maduro que ha escrito hasta ahora, y la verdad es que no me imaginé que me fuera a gustar tanto.

Estamos acostumbradas a leer a un Moccia con historias adolescentes, con todo felicidad y algún que otro problemilla con fácil solución. Pero en este, es todo lo contrario. Es un amor maduro, adulto, con mentiras, infidelidades. Una historia como las de la vida real.

Al comenzar a leer, odié a Trancendi, el protagonista de este libro. Su comportamiento hacía las mujeres, de hacer lo que quiera con ellas, de usar y tirar, es algo que no puedo tolerar en una persona. En su vida apareció Sofia, la protagonista, el enamorase de ella ayudó a sacar el dolor que le atormentaba y no dejaba que nadie pudiera ver más aparte de un tipo duro con dinero para aburrir.

Sentí pena por Sofia, el cómo renunció al amor por la música por la persona que ama, para que pudiera vivir. El estar durante 8 años sin poder tocar una tecla de piano, es como si a mí personalmente no me dejasen escribir mis pensamientos. Sofia no era feliz, su vida era una completa rutina y estaba luchando contra sus ganas de volver a tocar.

Ambos necesitaban encontrarse en esta historia, para poder encontrar el camino a la felicidad de cada uno. Para poder tener una segunda oportunidad de descubrir que es la vida, una manera para poder renacer.

El final es lo que más me ha sorprendido, y es lo único que me ha decepcionado del libro. Aunque supongo que eso es diferente a la manera de pensar de cada uno.

Desde luego es un libro que recomendaría. Son 400 páginas donde te transportas a otro mundo, es una de las cosas que más me gustan de Moccia, te transportas allá donde él quiera. Es una lectura fácil, y no te cansas.

Frases
"Cada vez que conoces a alguien tu vida cambia y, tanto si te gusta como si no, nosotros nos hemos encontrado, yo he entrado en tu vida y tú en la mía"

‎-¿Y el amor? ¿Eh? ¿Dónde queda el amor?
+En los cuentos de hadas..., sólo en los cuentos de hadas.

-¿Qué se siente al poder tenerlo todo?
+¿Cómo sabes que lo tengo todo? Quizá me gustaría tenerte a ti para siempre y, sin embargo, es algo que no tiene precio.

«Estaba.. estaba pensando en ti. Estaba pensando en cómo te he echado de menos. Pero no durante estos útimos días. Si no siempre. Estaba pensando en que podríamos ser felices, en lo bonito que sería ser una pareja cualquiera, incluso aburrirnos en un sofá, mano sobre mano, delante de la tele. Estaba penando en lo bonito que sería discutir, decidir dónde ir de vacaciones, quizá no ponernos de acuerdo. Y en lo bonito que sería dejarte ganar... o no. [...] Pero lo más importante es que tengo ganas de amar, y tengo ganas de amarte a ti. Te quiero»

25 de febrero de 2012

Caperucita Roja, ¿a quién tienes miedo? (Sarah Bakely-Cartwright)



Título:
Caperucita roja, ¿a quién tienes miedo?

Autor: Sarah Blakley-Cartwright
Número de páginas: 352 
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Alfaguara
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2011



En una época en que las aldeas son tan pequeñas que todo el mundo se conoce, Valerie intenta abrirse camino en la vida sin ser precisamente una buena chica . Cuando el hombre lobo la elige, debe tomar una decisión imposible pero no tiene a quién recurrir. Su padre está borracho en el pueblo, su madre desea controlarla y las demás chicas se apresuran a acusarla de brujería. En esta nueva, peligrosa y absorbente versión del cuento clásico, quizás resulte complicado dar con un final feliz…


Opinión
A pesar de haber leído malas críticas del libro, he de decir que me ha gustado bastante. Soy de esas que no les gusta los remakes o cosas parecidas, pero esta versión moderna de La Caperucita Roja me ha dejado muy buen sabor de boca. Además de que no puedo decir que no a una versión gótica, oscura y similar.

Aunque la verdad es que de ese cuento que nos contaban de pequeñas no tiene mucho que ver con este libro. A parte de lo obvio, el lobo y la capa roja. Es como leer el cuento con Caperucita adolescente y enamorada.

Muchos dicen que tiene un gran parecido con Crepúsculo, para mí no. Se ha puesto de moda comparar todo con esa saga (pero bueno, eso es otra historia). El único parecido es que la directora de la primera película ha dirigido esta versión cinematográfica.

El libro mantiene el misterio hasta la última página. En estas páginas encontramos hasta su lado romántico, ese lado que tanto nos gusta algunas. Es un libro cargado de misterio, acción y amor. Y, si te quedas con más ganas, puedes disfrutar (como ya he nombrado antes) de la película protagonizada por Amanda Syfried.

Frases
-¿Abandonarías tu hogar? ¿A tu familia? ¿Toda tu vida?
-Creo que sí lo haría. Cualquier cosa con tal de estar contigo.
-¿Cualquier cosa?
-Sí.

19 de febrero de 2012

Aquella mirada en aquel bar.

Queridos lectores, siento muchísimo estar tan desaparecida... mi cabeza va a explotar!! Prometo devolveros todos TODOS los comentarios en cuanto tenga un ratito. No me olvido de vosotros, siempre me paso para ver si hay nuevos comentarios!! Por cierto, estoy pensando en hacer una nueva sección, Reseñas, donde pondré los libros que me voy leyendo con mi opinión y demás porque he visto que a la mayoría de vosotr@s os gusta la lectura, y por qué no? Así os doy nuevas ideas para libros que leer! 
Dicho esto, os dejo un relato que escribí hace poquito y que espero que os guste tanto como a mí me gustó escribirlo! Besos enormes lagrimas, sois increíbles! <3
___________________________________________

Recuerda ese amor de verano como si hubiera pasado el día anterior. La manera en como la miraba la primera vez que se encontraron en aquel bar provocaba que ella se sonrojase y le entrase la curiosidad de saber quién era aquel guapo chico de ojos miel que la observaba. Pero no tuvo ese valor, la timidez la ganó. Aunque él no perdió el tiempo, se acercó a ella aunque sus amigas estuvieran en esa misma mesa y empezó a presentarse. Ethan, estaba en ese pueblo de vacaciones de verano. Ella, Ruth, aceptó una primera cita aquella misma noche, pese a que la vergüenza la consumía tanto por dentro como por fuera.

Esa misma noche y en ese mismo bar, se volvieron a encontrar. Esta vez en la completa intimidad, sin las amigas de ella. Ethan era un chico alocado, lleno de vida, con ganas de comerse el mundo. Igual que Ruth, aunque no lo pareciese. Conectaron aquella noche, como si fueran dos piezas encajadas a la perfección. Por fin se habían encontrado.

El bar cerró después de unas horas, pero ellos no querían terminar la noche. Ethan le invitó a su pequeña cabaña que tenía al lado de la casa donde pasaba las vacaciones con sus padres. Pasaron la noche compartiendo secretos, intimidades, conociéndose el uno al otro sin parar, divertidos, risas, bromas. Y a pesar de no haber dormido, deseaban seguir juntos. Observaron la madrugada, como finalizaba la noche dando la bienvenida al día. Y aquella perfecta cita, terminó con un largo beso en los labios, un beso sincero y apasionado.

9 de febrero de 2012

Grita, salta, corre, canta... pero siempre sonríe.


Te habrás despertado teniendo uno de esos asquerosos sueños en los que revives fantasmas del pasado, y estarás echa una furia, a la vez que destrozada. Sabes que no debes ponerte así, y debes de tener una sonrisa enorme por haber terminado con todo eso.

Tú eres fuerte, muy fuerte. Si tienes que llorar, ¡llora! Llora hasta desgastar tus lagrimas, desahógate, pega a la almohada, destroza y rompe objetos. Haz lo que quieras, pero saca toda tu rabia acumulada.

Nada puede contigo, conseguiste superar algo que creías que era imposible. Todo comienzo tiene un final, y este no iba a ser para menos. Y ahora te das cuenta de la cantidad de estupideces que llegaste hacer por no querer aceptarlo.
Es una experiencia de miles que vas a tener que experimentar a lo largo de tu vida. Pero puedes seguir viviendo, respirando, disfrutando de una vida que no supiste apreciar.

Piensa en todas las cosas maravillosas que has vivido desde entonces: conociste a gente nueva que se han convertido en personas importantes en tu día a día, te diste cuenta de quien merecía tenerte y quien no, sonríes sin necesidad de tener un motivo, no dependes de nadie, tienes una libertad que muchos desearían tener. Ahora, puedes decidir qué hacer con tu vida, cuando, como y con quien, sin importar el que dirán.

Te mereces ser feliz y vivir la vida. Disfrutar, gritar, saltar, correr, cantar. Tendrás momentos en los que te faltará el aliento, en los que te dolerá la cara de tanto sonreír, llorar de la risa, sentir lo que es la alegría y ese estado de éxtasis que tanto añorabas.

La vida te ha dado una nueva oportunidad para volver a ser feliz. No la desaproveches, porque entonces será el error más grande que habrás cometido. Solo necesitas a una persona para seguir adelante, y esa persona eres tú misma.

Cuando te sientas sola, cuando pienses que todo está perdido, mira el cuaderno que tienes a tu derecha. Y observa a la chica castaña que tienes al lado, sonriendo. Se feliz por tenerla en tu vida. Una amiga tan importante, esa amiga que destaca de todas las demás, no todos pueden presumir de tener una amistad así. La primera que ha estado ahí, que te ha escuchado, te ha abrazado cuando más lo necesitabas, te ha hecho reír incluso cuando te ahogabas en lagrimas. Simplemente, ella. ¿No tienes un motivo para ser feliz? Yo creo que sí, y uno muy grande.


Sonríe por todo lo que te rodea. Una familia, una mascota, un techo donde vivir, amigas y amigos, tú misma. Y aunque haya cosas que reparar, debes de sentirte orgullosa del corazón tan grande que tienes. Eres simpática, alegre, te encanta hacer reír a los demás, sabes escuchar, sabes aconsejar, sincera. Pocas personas así quedan, puedes sentirte orgullosa.

3 de febrero de 2012

Simplemente... eres tú


Recuerdo la primera vez que te vi. Tenías 20 años y yo 21. Estabas tan guapa con ese vestido turquesa, bailabas como una princesa al lado de tus amigas. Destacabas entre toda la gente que tenías alrededor, aunque mis amigos decía que exageraba. Pero yo sabía que no, que tenías algo que las demás no. Me acerqué, aunque no te notaba muy receptiva. Pero no me quería rendir, me negaba. Que tímida eras, y a veces cuando te miro a los ojos aún veo a esa chica de 20 años que me enamoró. Al final conseguí tu número de teléfono, no sabes lo que me llegó a costar convencerte para vernos. Pero no tenía pensado rendirme hasta comprobar por mí mismo que no éramos compatibles. Y no estaba equivocado, conectamos al momento. Han pasado 6 años desde entonces. No me arrepiento de ningún momento a tu lado. Ambos hemos crecido como personas, hemos aprendido cosas el uno del otro, nos hemos convertido en un solo ser. Eres perfecta, aunque no lo niego, algún que otro defectillo tienes... como tener libretas por todos lados. Pero lo encuentro algo gracioso, a lo largo de estos años me he acostumbrado e incluso lo echaría de menos si decidieses cambiar. Es algo que te hace ser como tú eres. Y tienes tantas cosas buenas... me encanta como eres con los niños. Con mis sobrinos pequeños eres increíble, te adoran, creo que incluso te prefieren antes a ti que a mí. Y mira que yo he sido siempre el tío favorito. Es lo que te digo, tienes algo que los demás no. Y eso te hace ser mi pequeña... alguien con quien he compartido mis días desde hace años, alguien a quien siento que lleva toda mi vida conmigo, alguien a quien no quiero soltar. Cada día que pasa me haces la persona más feliz de este mundo, me haces sentir que todo en esta vida es posible. Y quiero tener esta sensación el resto de mis días. Así que, si me lo permites, te haré la persona más especial hasta que la muerte me obligue a alejarme de ti. 
¿Quieres casarte conmigo?

29 de enero de 2012

Ódiame

Ódiame porque sigo en pie, ódiame porque otra persona me hace sentir increíblemente especial, que me hace más feliz de lo que tú jamás supiste. Ódiame por darte la espalda cuando apareces en mi vida, ódiame porque ya no me importas. Ódiame porque he aprendido a vivir sin ti, ódiame porque nada de lo que intentas me hace caer. Ódiame porque ya no soy la misma persona que conociste, ódiame porque ahora soy mucho mejor. Ódiame por los amigos que tengo, que supieron abrirme los ojos a tiempo. Ódiame por mis logros, por mis trabajos, por mis sueños. Ódiame si quieres, pero jamás me odies por creer que me arrepiento de haberte dejado escapar... porque no cambiaría nada de lo que tengo por volver atrás. Desde que no estás, cada día es una celebración.

20 de enero de 2012

Quisiera...

En esta solitaria noche me gustaría protegerte entre mis brazos, arroparte entre las sabanas y disfrutar del sabor de cada beso. Me gustaría volver a mirarte a los ojos, para poder derretirme en tu mirada. Quisiera escucharte sonreír. Quisiera saber qué es lo que pasa por tu mente, en que piensas, que sientes. Quisiera tantas cosas... pero en este instante, solo necesito que estés a mi lado y no tener que añorarte, ni sufrir en silencio tu ausencia.

Y es que ahora mismo... no me importa nada, solo quiero que suene mi móvil para poder oír tu voz de nuevo, escucharte sonreír y que el mundo se pare mientras dure la llamada. Porque ahora... sólo te necesito a ti.

15 de enero de 2012

Feliz cumpleaños.

Pican al timbre de la calle. No paran de llamar, ¿será algo importante? Se levanta deprisa de la cama y contesta. “Paquete para Alex”. Vuelve al cuarto a coger una chaqueta y baja a la portería. Pero no hay nadie, sólo un paquete envuelto de papel rojo en el suelo. Mira por todos lados, pero no encuentra quien ha podido ser la mensajera. Coje el paquete y sube a su piso. Hoy es su cumpleaños, su 23 cumpleaños.

Se sienta en el sofá con una taza de café. Le da vueltas al paquete intentando descifrar de quien puede ser, pero no pone remitente ni nada. Sólo “Para Alex” en letras grandes. No reconoce la letra. Intrigado, decide abrirlo.

Poco a poco va descubriendo el contenido del paquete: una camiseta de Bob Marley, su artista favorito. Para su sorpresa, dentro de la camiseta hay un CD, Legend, un recopilatorio del jamaicano donde incluye su canción favorita, No woman No cry. ¿Quién ha podido ser la misteriosa persona que se ha molestado tanto en hacerle un regalo tan perfecto? No deja de pensar, no se imagina quien puede ser.

Sin dejar de darle vueltas, abre el CD, donde encuentra una nota. “No sé si te sigues acordando de mí, pero yo no he podido olvidarte”. ¿Una ex? ¿Una amiga? ¿Un rollo de una noche? ¡Qué misterio!

Suena su móvil. Se dirige a su cuarto y coge el móvil. Un mensaje de Ana. “Feliz 23 años. ¿Aún no has averiguado quien ha sido? Espero que te haya gustado, no ha sido fácil encontrar ese CD”. ¡Ana! Esa chica de 18 años que lleva desde hace años intentando salir con ella y que creía que ella se había olvidado de su nombre. Sonríe, una gran sonrisa. “No me esperaba esto de ti, muchas gracias. Eres increíble”. Mensaje enviado.

12 de enero de 2012

Pequeña campanilla


Cuando mire a los ojos del pasado verá que se ha dado cuenta demasiado tarde. Recordará durante el resto de sus días a una persona que lo supo dar todo por él, que daría cualquier cosa por verle feliz. Incluso hubiera ofrecido su propia vida. Se acordará, y su corazón se encogerá lentamente mientras muere de dolor. Vivirá arrepentido, pasará el tiempo y aún tendrá grabada en su mente la imagen de aquella mujer. Una imagen bella, llena de alegría, una mirada que nadie podrá dedicarle nunca. Una persona que había sido creada solo para él, dedicar sus días para verle de pie e iluminar su camino.

Pero fue un imbécil y desgarró la vida de su pequeña campanilla. Su luz fue perdiendo luminosidad, convirtiéndose en una diminuta luz hasta terminar apagada por completo. Y la perdió, por no ser capaz de ver el daño que estaba cometiendo. Vivirá arrepentido, intentando arreglar los problemas del pasado y siempre recibirá un negativo. Vivirá arrepentido, mientras que la pequeña campanilla va creciendo cada día que pasa.

8 de enero de 2012

Año nuevo, vida nueva!!

Hola lectores!! ¿Cómo han ido las fiestas? Mañana a volver a la rutina, por desgracia!! ¿Qué os han traído los reyes? ¡Compartidlo! A mí una guitarra nueva, las 3 películas en DVD de 'El Rey León', el DVD de Bon Jovi de grandes éxitos, una taza del Barça, un libro, un peluche y dinerito, el cual invertiré en unos zapatos de tacón que me tienen loca! Como veis, en mi casa los reyes se han portado muy MUY bien =)
___________________________________________
Noche vieja. Meritxell está rodeada de sus grandes amigos en un local de las afueras de la ciudad. Ella es feliz, es alocada, tiene grandes planes para su futuro. Y ahora está con personas por las que daría la vida, pero, por una extraña razón, no se siente completa en ese sitio. Siente que le falta algo, y puede estar segura de que es. Ese chico del que lleva enamorada más de un año, desde la primera que le vio, pero por alguna razón no ha aparecido esa noche junto a los demás. Y Meritxell deseaba con todas sus fuerzas que estuviera en ese momento con ella, para desearle un nuevo año... aunque no fuera a su lado. El orgullo es uno de sus defectos, por no querer admitir sus sentimientos siempre termina perdiendo. Y en ese momento es cuando se está dando cuenta de quizá esa sea la razón por la cual él no ha aparecido.

Se pone el abrigo, y sale del local. Nota como la música suena cada vez menos hasta tal punto que no distingue que canción es. Sale fuera, y nota un frio incomodo... un frio nostálgico. Y empieza a llorar con todas sus fuerzas, por hacer del orgullo su estilo de vida. Coge el móvil y con los ojos llenos de lágrimas busca su nombre entre sus contactos. Son las 4 de la mañana, pero, ¿qué importa? Necesita hablarle, necesita contarle lo que siente, necesita empezar el año dejando atrás su orgullo.

Suena un tono, dos tonos, tres tonos... y contesta.
- Soy Meritxell, antes de que digas nada, déjame hablar. Déjame contarte algo que llevo mucho tiempo reteniendo. Llevo un año enamorada de ti, y ahora mismo me da igual si tú sientes lo mismo o no. Pero tenía que decírtelo. Cada vez que te veo, cada vez que me hablas, no te puedes imaginar la de mariposas que recorren mi estomago. Es una sensación preciosa. Cada vez que me envías un whatsapp, no puedo dejar de leerlo en todo el día. Me encanta hablar contigo, me encanta verte. Me encantas al completo. Y me encantaría oír lo mismo, pero quizá es demasiado tarde. Sólo te diré, que si tú me lo permites, serás la persona más feliz durante el resto de tus días, o al menos hasta el día que me dejes hacerte feliz.